Apacible lugar dotado de una amplia infraestructura turística, que se extiende sobre la zona sur y oeste de la isla, la reserva natural aparece en una planicie baja, constituida por cañadas y esteros, y cubierta por frondosos montes en los que es frecuente toparse con enormes ejemplares de laurel, timbó, aliso, sauce, lapacho, ingá, ceibo, guayaibí, palo lanza y, sobre todo, palmeras.
En cuanto a la fauna, los visitantes no tardan en encontrarse con el rey del lugar: el mono carayá, también llamado aullador. Aquí, el visitante disfrutará de la naturaleza en todo su esplendor, con aves multicolores, selvas en galerías y playas soleadas.